La armonia, la paz, la belleza, la justicia, el amor, la solidaridad…. No son materias academicas. So actitudes que surgen del más íntimo núcleo de nuestro ser, nuestra personalidad. Alrededor de este potencial gravitamos. Lo compararía con el ardiente núcleo que condicionó el Big Bang. Somos un punto de aquel potencial encerrado en aquella infinitessimal bola.
La explosión de nuestro nucleo interno llena nuestra psique, alma,
nuestra mente de esos valores que orientan nuestra vida: la belleza, la paz, la armonia, la solidaridad…
Ser buenos es desarrollar esos valores que son nuestras raíces, llegando al convencimiento de que se nos ha dado gratis y lo tenemos que dar gratis.
Ser bueno es descubrir que no me pertenezco, que pertenezco a los demás, tomad y comed, esta es mi energia que se rompe por vosotros.
Es descubrir la dimension social de la persona y vivirla en armonía, complementándonos.
Su antitesis es la sociedad de consumo, con sus antivalores de poseer, de tener, de dominar.
Ser bueno es crear empatia con el mundo de los oprimidos, los condenados a muerte social y física, porque se les cierra el paso al tener lo mas mínimo.
Cuanto mas descubre uno su unidad con la madre tierra, ser bueno es quererla, andar sobre ella sin pisotearla ni agredirla. Es adorarla con arboles y plantas.
Ser bueno es dejarse llevar por el Dios amor que nos habita desde nuestro mas íntimo nucleo.
Ser bueno es lo mas bonito que le puede ocurrir a una persona.
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